Miguel Bose – Gulliver

En esta noche eterna busco un resto de mi sol
El mundo que recuerdo
Vida a vida como todo, se apagó,
Pensar que pude haber salvado

-Quise ser Gulliver
-Y nunca fui Gulliver
En esta noche oscura como siempre me perderé
Pisando tierra yerma
Y perseguido por la voz de lo que sé
Y sé que se me fue la mano
Pero era ya tarde
Muy tard
Y grito herido no
Un no que estalla en mil pedazos
Un no que cae en el olvido
Inútil, pequeño y perdido
Y grito herido no
Tan fuerte y tan desesperado
Tan grande, solitario y vencido
Inútil, pequeño, perdido…
Y grito no no…

– En esta noche oscura ya no cabe posibilidad
De darle vida a nada
Lo que muere para siempre muerto está
Y duele tanto echar de menos
-Quise ser Gulliver
-Y nunca fui Gulliver
Y grito herido no
Un no que estalla en mil pedazos
Un no que cae en el olvido

Inútil, pequeño y perdido
Y grito herido no
Tan fuerte y tan desesperado
Tan grande, solitario y vencido
Inútil, pequeño, perdido..
Inútil, pequeño, perdido…
Perdido mi último aullido
Y grito herido no
Un no que estalla en mil pedazos
Un no que cae en el olvido
Inútil, pequeño y perdido
Grito no, no-
Perdido
Salvado
No salvado

Published in: on 11 octubre 2009 at 11:21 PM  Deja un comentario  
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Childe Roland to The Dark Tower Came – Robert Browning (Gran Bretaña, 1812-1889)

rolando

Este es el poema que inspiró a Stephen King para crear esa maravilla que ha sido La Torre Oscura.

I
My first thought was, he lied in every word,
That hoary cripple, with malicious eye
Askance to watch the working of his lie
On mine, and mouth scarce able to afford
Suppression of the glee that pursed and scored
Its edge, at one more victim gained thereby.

II
What else should he be set for, with his staff?
What, save to waylay with his lies, ensnare
All travellers who might find him posted there,
And ask the road? I guessed what skull-like laugh
Would break, what crutch ‘gin write my epitaph
For pastime in the dusty thoroughfare,
(más…)

Warcry – Espiritu de amor

Aquellos momentos que la muerte me robó,
aquel sentimiento nunca desapareció,
tanto te echo de menos
mi vida no tiene fin.
Sólo tengo tus recuerdos,sólo eso me une a ti.

Sé que todo terminó,
que ya acabó,
todo el amor que hubo aqui ella se lo llevó,
quiero rozar tu piel,
sentir tu corazón que fácil el ayer,
mi amor.

Vago por las calles sin tener nada que hacer
navegando sin destino sin rumbo que mantener,
recordando mi pasado cuando estaba junto a ti,
sólo por esos recuerdo aún continúo aquí,
siempre aqui!!

Hoy
volveré a tu lado una vez más,
volveré a contemplar esa mirada tranquila,
lejos de mi,
sin poderte abrazar
deseando acariciar tu cuerpo hasta que llegue el dia y no….

OH OH OH
OH OH OH
OH OH OH

Llego la noche,suelo regresar
Cuido sus sueños en la oscuridad
Cada noche,suelo regresar
Cuido sus sueños en la oscuridad
Cada noche,suelo regresar
Cuido sus sueños en la oscuridad

Published in: on 8 octubre 2009 at 11:05 PM  Comments (1)  
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Marea – Duerme conmigo

Todavía estoy mal cosido,
ay, házmelo despacito,
no te rías , que es verdad,
que no me lo ha hecho nadie,
que duermo solito,
que mi casa está hecha donde no hay ventanas,
donde las miradas tienen ganas,
donde hay lunas de tela y un sol navajero
de noches en vela,
donde llegó el olvido a soltar la melena,
donde nunca pienso si me quieres,
donde todo es mentira y quejíos de pena
desconchan paredes,

duerme conmigo, si eres piedra da igual,
yo seré pedregoso camino,
duerme conmigo, yo te canto, te arrullo,
te arropo, te abrigo, te mimo,

se que me cuentan los días
los abrazos sin hallarte,
y me recuesto en el suelo y
se me eriza el pelo en solo recordarte,
que mi almohada está llena de cuando no estabas,
de canciones que nunca cantabas,
de todo, de nada, de besos de esos que nunca me dabas,
y de un tiempo a esta parte decido soñarte,
embrear mi camino con lodo
y cagandome en todo volar, y ya ves,
despierto como me acosté,

duerme conmigo, si eres piedra da igual,
yo seré pedregoso camino,
duerme conmigo, yo te canto, te arrullo,
te arropo, te abrigo, te mimo,

y me mira de reojo cuando cree que no la miro,
como no voy a mirar si arde como el rastrojo en cuanto me descuido,
que su mirada es un tiro de sal al que ose chorar en el bosque frutal
de tu libertad, de mi soledad, de nuestro vendaval.

duerme conmigo, si eres piedra da igual,
yo seré pedregoso camino,
duerme conmigo, yo te canto, te arrullo,
te arropo, te abrigo, te mimo,
y si eres aire te irás.

Published in: on 3 octubre 2009 at 10:57 PM  Deja un comentario  
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Vientos del sur – Avalanch

Siento escapar mi vida
Que triste se va, triste termina
Intento olvidar tu gran herida
Que siendo mortal, es tambien mia

Tal vez podre
Algun dia surcar otra vez
Tu cuerpo de mujer

Te siento llorar
A escondidas
Mi alma sin ti
No es la misma

Atras estan los recuerdos, la brisa, el cielo y el atardecer
Veo al sol y la luna con temor por tu vida y en tu honor, di la mia
Quiero ver tu frio azul brillar como ayer

Vientos del sur
Traed tempestad
Que la mar
Mas fuerte se hara
Recuerda que ayer
Reinabas en paz
Sabes bien
Que sin mi
Aun puedes luchar

Te veo sufrir
Otro dia mas
No puedes huir
No puedes escapar

Mi reina azul pido a Dios
Un nuevo dia

Vientos del sur
Traed tempestad
Que la mar
Mas fuerte se hara
Recuerda que ayer
Su furia valdra
Para hacerles callar
Sabes bien
Que sin mi
Aun puedes reinar

Vientos del sur
Traed tempestad
Que la mar
Mas fuerte se hara
Recuerda que ayer
Reinabas en paz
Debes ser
Libertad
Libre como el mar

Published in: on 1 octubre 2009 at 6:14 PM  Deja un comentario  
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Soneto de Quevedo

097_ancianoSentadoGorraBast300

» Ah de la vida!»… «Nadie me responde?

Aquí de los antaños que he vivido!

La Fortuna mis tiempos ha mordido;

las horas mi locura las esconde.

Que sin poder saber cómo ni adónde

la salud y la edad se hayan huido!

Falta la vida, asiste lo vivido,

y no hay calamidad que no me ronde.

Ayer se fue; mañana no ha llegado;

hoy se está yendo sin parar un punto:

soy un fue, y un será, y un es cansado.

En el hoy y mañana y ayer, junto

pañales y mortaja, y he quedado

presentes sucesiones de difunto.

Published in: on 18 junio 2009 at 7:55 PM  Deja un comentario  
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Poesía élfica ESDLA – La canción de Lorien de las Flores

lothlorien

Había en otro tiempo una doncella élfica,
una estrella que brillaba en el día,
de manto blanco recamado en oro
y zapatos de plata gris.
Tenia una estrella en la frente,
una luz en los cabellos,
como el sol en las ramas de oro
de Lórien la bella.
Los cabellos largos, los brazos blancos,
libre y hermosa era Lórien,
y en el viento corría levemente,
como la hoja del tilo.
Junto a los saltos de Nimrodel,
cerca del agua clara y fresca,
la voz caía como plata que cae
en el agua brillante.
Por dónde anda ahora, nadie sabe,
a la luz del sol o entre los sombras,
pues hace tiempo que Nimrodel
se extravió en las montañas.
Un barco elfo en el puerto gris,
bajo el viento de la montaña,
la esperó muchos días
junto al mar tumultuoso.
Un viento nocturno en el norte
se levantó gritando,
y llevó la nave desde las playas élficas
sobre olas que iban y venían.
Cuando asomó la pálida aurora
las montañas grises se hundían
más allá de las olas empenachadas
de espuma enceguecedora.
Amroth vio que la costa desaparecía
debajo y más allá de la ola,
y maldijo la nave pérfida que lo llevara
lejos de Nimrodel.
Había sido antaño un rey élfico
señor del valle y los árboles,
cuando los brotes primaverales se doraban
en Lothlórien la bella.
Lo vieron saltar desde la borda
como flecha de un arco
y caer en el agua profunda
como una gaviota.
El aire le movía los cabellos,
y la espuma le brillaba alrededor,
lo vieron de lejos hermoso y fuerte
deslizándose como un cisne.
Pero del Oeste no llegó una palabra,
y en la Costa Citerior
los elfos nunca tuvieron
noticias de Amroth.

Published in: on 1 junio 2009 at 9:13 PM  Comments (1)  
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Poesía élfica de ESDLA – La historia de Tinúviel

Elfa_Guerrera


Las hojas eran largas, la hierba era verde,
las umbelas de los abetos altas y hermosas
y en el claro se vio una luz
de estrellas en la sombra centelleante.
Tinúviel bailaba allí,
a la música de una flauta invisible,
con una luz de estrellas en los cabellos
y en las vestiduras brillantes.
Allí llegó Beren desde los montes fríos
y anduvo extraviado entre las hojas
y donde rodaba el Río de los Elfos,
iba afligido a solas.
Espió entre las hojas del abeto
y vio maravillado unas flores de oro
sobre el manto y las mangas de la joven,
y el cabello la seguía como una sombra.
El encantamiento le reanimó los pies
condenados a errar por las colinas
y se precipitó, vigoroso y rápido,
a alcanzar los rayos de la luna.
Entre los bosques del país de los elfos
ella huyó levemente con pies que bailaban
y lo dejó a solas errando todavía
escuchando en la floresta callada.
Allí escuchó a menudo el sonido volante
de los pies tan ligeros como hojas de tilo
o la música que fluye bajo tierra
y gorjea en huecos ocultos.
Ahora yacen marchitas las hojas del abeto
y una por una suspirando
caen las hojas de las hayas
oscilando en el bosque de invierno.
La siguió siempre, caminando muy lejos;
las hojas de los años eran una alfombra espesa,
a la luz de la luna y a los rayos de las estrellas
que temblaban en los cielos helados.
El manto de la joven brillaba a la luz de la luna
mientras allá muy lejos en la cima
ella bailaba, llevando alrededor de los pies
una bruma de plata estremecida.
Cuando el invierno hubo pasado, ella volvió,
y como una alondra que sube y una lluvia que cae
y un agua que se funde en burbujas
su canto liberó la repentina primavera.
El vio brotar las flores de los elfos
a los pies de la joven, y curado otra vez
esperó que ella bailara y cantara
sobre los prados de hierbas.
De nuevo ella huyó, pero él vino rápidamente,
¡Tinúviel! ¡Tinúviel!
La llamó por su nombre élfico
y ella se detuvo entonces, escuchando.
Se quedó allí un instante
y la voz de él fue como un encantamiento,
y el destino cayó sobre Tinúviel
y centelleando se abandonó a sus brazos.
Mientras Beren la miraba a los ojos
entre las sombras de los cabellos
vio brillar allí en un espejo
la luz temblorosa de las estrellas.
Tinúviel la belleza élfica,
doncella inmortal de sabiduría élfica
lo envolvió con una sombría cabellera
y brazos de plata resplandeciente.
Larga fue la ruta que les trazó el destino
sobre montañas pedregosas, grises y frías,
por habitaciones de hierro y puertas de sombra
y florestas nocturnas sin mañana.
Los mares que separan se extendieron entre ellos
y sin embargo al fin de nuevo se encontraron
y en el bosque cantando sin tristeza
desaparecieron hace ya muchos años.

Published in: on 27 May 2009 at 8:52 PM  Comments (3)  
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Poesia Elfica de ESDLA

f_FantasyArtLm_282d343¡Blancanieves! ¡Blancanieves! ¡Oh, dama clara!
¡Reina de más allá de los mares del Oeste!
¡Oh Luz para nosotros, peregrinos
en un mundo de árboles entrelazados!
¡Gilthoniel! ¡Oh Elbereth!
Es clara tu mirada y brillante tu aliento.
¡Blancanieves! ¡Blancanieves! Te cantamos
en una tierra lejana más allá del mar.
Oh estrellas que en un año sin sol
ella sembró con luminosa mano,
en campos borrascosos, ahora brillante y claro
vemos tu capullo de plata esparcido en el viento.
¡Oh Elbereth! ¡Gilthoniel!
Recordamos aún, nosotros que habitamos
en esta tierra lejana bajo los árboles,
tu luz estelar sobre los mares del Oeste.

Published in: on 24 May 2009 at 8:44 PM  Comments (1)  
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Charles Baudelaire… la metamorfosis du vampire

La mujer, entretanto, con su boca de fresa,
retorciéndose como entre las brasas la serpiente,
colmando con sus senos los hierros del corsé,
recita estas palabras impregnadas de almizcle:

“Yo tengo el labio húmedo y conozco la ciencia,
de perder en el fondo de un lecho la conciencia.
Seco todas las lágrimas en mis senos triunfantes,
y hago sonreír a los viejos con risas de infantes.
¡Y para quién me vea desnuda y sin mi velo,
soy la luna y el sol, las estrellas y el cielo!

¡Yo soy, mi amado sabio, tan erudita en deleites,
cuando sofoco a un hombre en mis brazos temibles,
o cuando ofrezco mi pecho a los mordiscos crueles,
soy tímida y libertina y frágil y fuerte.
Que en esos colchones que de emoción se rinden,
por mí hasta los ángeles se perdieran impotentes!”

Cuando hubo succionado de mis huesos la médula,
y lánguidamente me hube vuelto hacia ella,
A fin de con amor devolverle un beso, sólo vi
¡Rebosante de pus, un pegajoso pellejo!

Cerré al punto los dos ojos, en mi gélido espanto
y cuando quise abrirlos a aquella claridad.
A mi lado, en lugar del fuerte maniquí,
que parecía haber hecho provisión de mi sangre,
fragmentos de un esqueleto se agitaban confusos;
De los cuales brotaban chirridos, cual infernal veleta,
o de un cartel que pende al cabo de un vástago de hierro,
que hace girar el viento en las noches de invierno.

Charles Baudelaire.

Versión libre sobre la traducción de Luis Alberto de Cuenca

Published in: on 12 May 2009 at 4:05 PM  Comments (1)  
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